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La comunidad Zen Soto fue difundida por primera vez en América del Norte por el Rev. Hosen Isobe en 1922. Por aquella época, la fe budista se limitaba a los inmigrantes japoneses. Además de prestar servicios budistas como funerales y ceremonias conmemorativas, la institución Zen Soto sirvió de enclave para difundir la cultura y festividades tradicionales japonesas, además de convertirse en un lugar de paz interior para la población de ascendencia japonesa. La institución ha transmitido la luz del budismo a través de sus diversas actividades hasta el día de hoy.
Tras ser aprobada la misión Soto Zenshuji de Los Angeles como filial de los dos templos principales, Eiheiji y Sojiji, la comunidad budista Zen Soto de América del Norte fue fundada en 1937. A partir de su fundación, la comunidad de América del Norte ha venido realizando gran variedad de actividades: registro de templos y sacerdotes en América del Norte, sesiones de formación doctrinal y talleres sobre rituales y ceremonias, sesshin-e (retiros intensivas de meditación Zen), apoyo y guía para celebraciones conmemorativas y ceremonias conmemorativas especiales. También ha jugado un papel importante en la difusión del budismo Zen Soto en todo el mundo.
Como ya se mencionó anteriormente, el comienzo de las actividades principales de la Misión Soto se centró en asignar sacerdotes a los templos construidos por inmigrantes llegados a América del Norte desde Japón, así como su difusión en zonas con amplia población japonesa. Desde los pioneros que iniciaron el camino, hoy conviven los descendientes de la tercera y cuarta generación y su idioma de comunicación es el inglés. Asimismo, las actividades de la misión Soto también han cambiado. En la actualidad, tras décadas de los desafortunados sucesos de la segunda guerra mundial, muchos japoneses viajan a América del Norte por asunto de negocios, matrimonio o estudio. Muchas de tales personas vistan la misión y la consideran su lugar de refugio, pues se trata de un genuino templo japonés. De algún modo, allí pueden sentirse como en casa. Debido a estas circunstancias, las actividades de la comunidad se han expandido, a partir de sus funciones básicamente religiosas, hacia la búsqueda de alternativas de futuro para los templos y el establecimiento de oportunidades para el intercambio mutuo de información e ideas.
La atención de la institución no se limita únicamente a los templos japoneses, y desde los años 60, la comunidad Zen Soto ha crecido gracias a la aportación de diferentes razas y culturas. Como resultado de los incansables esfuerzos de misioneros y trabajadores religiosos, actualmente hay cinco templos japoneses en América del Norte, unos 170 centros Zen (templos dirigidos por sacerdotes americanos), y 350 sacerdotes. Diversos templos incluidos en dichos grupos y centros Zen, de mayor o menor envergadura, han formado una amplia organización involucrada en un trabajo misionero dinámico, que incluye instrucción Zen diaria e instrucción doctrinal basada en las enseñanzas Zen Soto, así como servicios comunitarios en barrios periféricos. Algunos de los ejemplos más destacados de estas actividades son la instrucción de Zazen y enseñanzas a grupos Zen establecidos en prisiones de cada zona, así como la atención espiritual prestada por sacerdotes a estudiantes y pacientes en escuelas y hospitales. Este tipo de actividades evidencia que, a medida que el número de centros Zen incrementa, también lo hace su número de sacerdotes.
La comunidad de América del Norte recibe apoyo del Centro Internacional del budismo Zen Soto para llevar a cabo las conferencias anuales de las misiones internacionales, incluyendo además sesiones de instrucción para diversos rituales. Los sacerdotes de toda América del Norte se reúnen en un mismo lugar para hablar personalmente y tratar sus circunstancias individuales y los problemas con los que se enfrentan. Dichas conferencias les brindan la oportunidad de practicar juntos y estudiar los rituales y ceremonias, profundizando así en su propia comprensión. Esto les permite adaptar las enseñanzas a sus localidades, asegurándose de su desarrollo en conformidad a normas comunes y su fructificación en el futuro.
De los casi doscientos países existentes en el mundo, cada uno de ellos tiene su propia constitución y leyes. No hay una sola constitución o conjunto de leyes que se aplique en todas partes del mundo. Las leyes de Japón no son aplicables en EEUU o China, ni las leyes de otros países son aplicables en Japón. Cada país tiene sus propias leyes y, en consecuencia, su propio código ético. Sin embargo, el budismo trasciende los límites temporales y las fronteras nacionales, aplicándose de un modo básicamente idéntico a toda la humanidad.
Esperamos que esta página web sea de utilidad para muchas personas, ya sean trabajadores y practicantes, estimulando el interés por las enseñanzas Zen Soto y la profundización en su comprensión. Asimismo, hacemos votos para que un numero cada vez mayor de sacerdotes se comprometa en la difusión global de las enseñanzas budistas, estableciendo una visión de gran repercusión, y se impliquen en actividades de expansión junto a la personas seglares, con el propósito de cultivar las enseñanzas del Buda y nuestros dos fundadores alrededor del mundo, profundizando en el entendimiento mutuo. Para hacer realidad tan sublime objetivo, la comunidad budista Zen Soto de América del Norte continuará avanzando en la expansión de sus actividades.
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